5 de abril de 2019

Salid de mi mente


[...] He hymns the rotten queen with saffron hair
Who has saltier aphrodisiacs
Than virgins' tears. That bawdy queen of death,
Her wormy couriers are at his bones.
Still he hymns juice of her, hot nectarine.
I see him, horny-skinned and tough, construe
What flinty pebbles the ploughblade upturns
As ponderable tokens of her love.
He, godly, doddering, spells
No succinct Gabriel from the letters here
But floridly, his amorous nostalgias.

(Ouija, de Sylvia Plath)


Al oír el nombre de Sir Arthur Conan Doyle la mente se llena con gorras extrañas, lupas y detectives cocainómanos. Lo que no todo el mundo sabe es que el bueno de Arthur estaba un poco p'allá y que dedicó gran parte de su vida a investigar el tema de la comunicación con el más allá, asunto en el que creía devotamente. Largas sesiones de espiritismo con diferentes médiums (y drogas a cascoporro, imagino) le llevaron a escribir varios libros sobre el tema y a volverse cada vez más paranoico, especialmente después de la muerte de su hijo, con el que intentó contactar durante toda su vida.
No fue el único; Sylvia Plath, antes de meter la cabeza en el horno, realizó varias sesiones de espiritismo con su marido, el también poeta Ted Hughes. Sylvia, antes de gratinarse la cabeza, llegó a establecer "contacto" con un espíritu llamado Pan que se presentó como fan de la obra del matrimonio y con el que estableció una "estrecha relación" durante años. 
Vamos, que lo de la cabeza en el horno se veía venir.
Son muchos más los casos de gente, famosa y no famosa, que se ha dedicado a intentar contactar con el más allá. Supongo que no es fácil para muchos aceptar que la muerte es el gran corte a negro, y se empeñan en creer que hay algo más. Que tiene que haber algo más. 
Mueres. Puf. Se apaga la luz. Fin. Qué insignificante todo. Qué feo todo. Tiene que haber algo.
La psicología de la conexión (sic) defiende que las personas estamos conectadas unas con las otras "desde el corazón" (sic y más sic). Algo llamado Spirit Science and Metaphysics asegura tener pruebas científicas de que nuestras consciencias están todas conectadas en una especie de "mente colmena" y que compartimos una especie de "mente global". Internet (y ciertos estantes en algunas librerías) está plagado de testimonios que aseguran poder leer las mentes, o poder sentir lo que otra persona siente aún a kilómetros de distancia. Que hay algo más. Que la mente es una puta movida de las gordas.
Hace años, por motivos que no vienen ahora mismo al caso, asistí a un cursillo sobre antroposofía (cursillo que, supuestamente, iba a durar un año y al cual yo asistí un fin de semana antes de salir dándome patadas en el culo). En él, "el mayor experto de España sobre el tema" (más sic) nos dio toda una clase magistral acerca de cómo las almas se reconocían las unas a las otras, y de cómo nos influían las de aquellos que nos rodean. Básicamente venía a decir algo como "rodéate de buena gente y serás bueno; rodéate de imbéciles y seguramente acabes siendo uno de ellos", pero con más palabrería y alusiones a planos etéreos. En el momento en el que dijo que cuando ves a alguien por la calle que te suena pero no consigues recordar de qué es porque vuestras almas ya se conocían de antes, me fui a por tabaco y nunca más volví.
No creo en nada de eso. No creo en la vida después de la muerte (para mí todo es como el final de Los Soprano: pantalla en negro y silencio). No creo en la conexión de las almas a ese nivel etéreo ni en la posibilidad de leer mentes. Llamadme terrenal, pero todo eso, en mi opinión, no son más que supercherías absurdas. 
El otro día, estudiando (ja-ja-ja), me acordé al mismo tiempo de dos personas. Dos personas a las que consideraba buenos amigos (sobre todo a uno de ellos) y de las cuales hace mucho que no sé nada. Llevaba sin tener noticias de ambos desde hacía semanas/meses y, sinceramente, ya estoy cansada de ser yo la que tira siempre del carro, por lo que por mi parte estaba todo hecho. Los teléfonos, por si alguno no lo sabíais, funcionan en las dos direcciones.
Llevaba tiempo sin pensar en ellos, y acudieron los dos a mi mente de repente, sin previo aviso y sin motivo aparente. Y me puse de mala hostia. Porque los tenía a ambos como parte importante de mi vida (en especial a uno de ellos, al que llegué a considerar mi mejor amigo) y tanto desapego me desconcierta y me enerva a partes iguales. Sé que estoy muy lejos de ser la mejor amiga del mundo, pero creo que siempre he estado ahí, por lo que nunca he llegado a entender a esta gente que tiene tanta facilidad para desvincularse de todo el mundo. 
Si bien tengo asumido que después de la vida no hay nada más, me desconciertan mucho estos fundidos a negro repentinos en cuanto a lo social. No sé, debe ser que soy rematadamente imbécil, pero nunca los veo venir, y me repatea el no tener un porqué, ni un motivo, ni una explicación.
Hola, amiga. Eres una parte importante de mi vida. Adiós. Fin.
Está claro que todos tenemos épocas más o menos sociales, más o menos liadas, más o menos caóticas. Está claro que a veces uno no tiene ni el cuerpo ni el alma para cervezas, ni tiempo, ni ganas. Está claro que no hay que dar explicaciones, que quien nos conoce nos debe entender, y que la amistad es algo mucho más complejo y profundo como para medirse en quedadas/mes. Pero sigo sin entender esa capacidad de desaparición repentina, como un mago sobre el escenario tras una bomba de humo.
Conste que yo misma he ignorado a muchas personas en mi vida, y me he distanciado de manera más o menos brusca hasta romper el contacto total. A lo largo de los años he conocido a bastante gente que, siendo meros conocidos, han empezado a agobiarme o a no interesarme y he decidido cortar por lo sano. Pero nunca con un amigo. Por lo que no entiendo nada.
Con esas historias en mi cabeza, la vida siguió. Tengo la manía de pensar y pensar y pensar sin llegar nunca a ninguna conclusión, y he de reconocer que estas cosas llegan a quitarme el sueño más de una vez. Pero estoy tan cansada que he decidido no darle más vueltas...
...hasta que esta semana, con menos de 24 horas de diferencia, ambos se han puesto espontáneamente en contacto conmigo. Casi al mismo tiempo. Sin motivo aparente. Poniendo excusas. 
Sinceramente, no tengo ganas de más oscilaciones en mi vida. 
Así que, si no es para quedaros, salid de mi mente. 
Que no sabéis lo mucho que me puede costar olvidaros, y necesito tiempo.

(Especialmente a TI, joder, que ya deberías saber lo mucho que te quiero)

4 comentarios:

  1. Me he reído, me ha atrapado y he seguido leyendo un rato otras entradas...me encanta como escribes, como lo cuentas, con esa especie de humor, ironía y ternura que tienen tus historias.

    Hubo un tiempo cuando era joven y curiosa, sigo siendo curiosa, que practiqué lo de la Ouija, me llegué a reír tanto, que lo dejé acojonada, temiendo que algún espíritu se escapara del tablero y se quedara a vivir conmigo.

    Y es que ya el comienzo era delirante viendo personas adultas con un dedo en el culo de un vaso preguntando "Hay alguien aquí"

    Y si en una sesión, por dejar un ejemplo, va uno que dice no creer en "eso" y le pregunta al vaso cuando parece que hemos contactado con el espíritu de un jefe índio, de los de plumas y praderas... que murió en una batalla: "cuantos guerreros tenías"

    Y cuando el vaso se desliza por el tablero y marca 11 como respuesta, va el incrédulo y le suelta al tablero, "macho, no me extraña que te mataran"

    La amistad necesita cuidados y dedicación lo mismo que las plantas y el amor.

    Un beso, un placer pasar por aquí.

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  2. ·.
    Me encanta esa clave de umor hamable(patente mía, ojito)
    Sobre conexiones... tenemos internet pero yo ando más ocupado en conectar conmigo mismo. No obstante, dado que haberla haylas, lo de tus dos amigos me lo creo. Alguna vez me han pasado cosas similares. Y necesitaría creer en los astro, aunque fuera solo uno.
    Y me alegro de verte de nuevo por estos lares. Lucus Augusti no es suficiente
    Un bico

    LMA · & · CR

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  3. Hola soy nueva por aca y me ha encantado tu escrito
    el cual aborda mitos y realidades.
    Hay quien cree en los espíritus y dan fe de ellos,
    hay quien no y simplemente creen que son puras invenciones.
    Todo es depende del cristal con que se mira y las experiencias que nos toquen vivir.
    Ya te sigo.
    Gracias :0)

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  4. ¿Y qué te dice esa anécdota que cuentas sobre tus dos amigos?
    Creo que todos tenemos historias que, por más escépticos que seamos, nos llevan a pensar que algo hay que todavía no podemos explicar. Para los humanos de la antigüedad debía ser paranormal mucho de lo que hoy nos parece normal porque tenemos explicación científica. Y pretender que sabemos cómo funciona todo en el Universo, incluso en nosotros mismos, es una ilusión cándida. ¿Lo que no puedo explicar no existe? No sé, quizás deberíamos sentir más y pensar menos.
    En cualquier caso, me encanta que el tema sirva para que escribas el texto que has escrito. Me gustó.

    Gracias por mostrarme el camino hasta aquí

    Bicos

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